Quizás siento demasiado. Y despierto tan feliz a tu lado, por que me duermo y paseo por otros lugares con la certeza de que al volver y despertar sostendrás mi mano, tímida y sensiblemente, hasta con cierto desden para que yo no me de cuenta de que también tiemblas y te mueres de miedo.
Quizás siento demasiado. Y te espero en un rincón tranquilo y oscuro de mi habitación, rumiando el aroma de tu pelo y de tu piel, recordando como se deslizan mis dedos en tu cuerpo exhausto, mientras miramos al techo y conversamos en complicidad sobre lo pasado.
Quizás siento demasiado. Y te escurres en mi mente a cada instante, interrumpiendo cada cosa que hago, rompiendo con mi sosiego y calma, prendiéndome en llamas bajo la lluvia o bajo las sabanas.
Quizás siento demasiado. Y me gusta que te vayas, para amarte en la distancia y añorarte, para pensar en lo que puede ser y no ha sido, para extrañarte, para odiarte por tu ausencia, para imaginarte pensando en mi mientras caminas y hablas sobre las cosas que amas.
Quizás siento demasiado. Y por eso te amo de una manera incontrolable e incansable y sin reproches.
Diferentes noches sin sueño
Diferentes canciones de cuna
Y tu… la constante
Nuevos ojos
Nuevos sueños
Nuevo deseo
Y tu…mi constante
Sensaciones en la piel
En los dedos
Y tu…la constante
Tiempo va y tiempo viene
Tu…sigues constante
Te repites una y otra vez
En mi mente, en mi vida
En mi sueños
Por mas que intente abandonar
Tu recuerdo me persigue en los pasillos
Tu mirada me acosa en el espejo
Tus palabras me derriten en silencio
No importa cuanto venga
No importa cuando vaya
No importa cuanto cambie
Tu…sigues constante.
Muchas veces me pregunto si las razones que habitan en ti son aquellas que me nuestras abiertamente o si están ocultas, por ahí, en un rinconcito de tu cuerpo o sostenidas en el vacío dentro de tu alma.
Siempre insisto en ver los colores que hay en ti, puede ser por mi simple tendencia a apreciar el prisma, o por mi compleja e intensa naturaleza de ver mas allá de lo que descaradamente se me muestra o se me estrella en los ojos. Pero es que tu, a plena luz, eres mas de lo que pareces. Mas, mucho mas de lo que tu mismo has imaginado o alguna vez pensado en tus largas noches de insomnio.
Mas que nadie comprendo lo que apena tu alma, conozco muy bien tus marcas y cicatrices y soy conciente de que normalmente pongo el dedo en las heridas abiertas, tanto te duele tanto me alegra, como si estuviera en un espiral destructivo vengándome de sabrá Dios cual de tus lanzas.
Pero el cansancio se apodera de las cosas y las hace suyas, por que ya suya hizo mi esperanza, la esperanza de algún día ser quien no quieres que sea ni por las buenas ni por las malas.
Me pregunto por que se arrastran las cosas, yo sigo arrastrando mis lazos contigo y me preocupa que la suave seda con la que están hechos se manchen al rozar la tierra. Una vez me dijiste – te preocupas demasiado por todo – lo admito, pero como no preocuparme de que algún día tu puedas vivir sin mis besos, o sin mis palabras? Como no preocuparme por que esto algún día pase a la inmortalidad? Ya muchas cosas he perdido, mas de las que te puedas imaginar a mi corta edad, y no me gustaría que estés en esa lista.
Me descubro pensando en medidas desesperadas por tenerte a mi lado, pero de que sirven las cosas que arrebatadas? Eso le asesina el dulce sabor a lo ganado o a lo otorgado por amor o simpatía.
Mientras sigo aquí en primera fila, esperando a veces calmada, a veces en llamas ver como será el desenlace. Mido mis pasos y los doy bien finos, mientras menos huellas deje mejor, para no recordar el camino de vuelta.
Disfruto del aroma de pelo que me trae el recuerdo, es tan vivido y real que parece que estuvieras al lado mío respirándome en la nuca, leyendo mientras escribo, es tan real que me enamora mas que tu propia presencia.
Se que por algo te cruzaste en mi vida, se que por algo me crucé en la tuya, mientras ambos aprendemos y descubrimos cosas del otro. Yo me encargo de ensuciar mi karma cruzado contigo para que siempre por alguna razón te mantengas a mi lado.
